miércoles, diciembre 9

Stalin Alvear Alvear

 "Reconstructor de sueños imaginados en la historia"





El Dr. Stalin Alvear nace en el Loja el 9 de diciembre de 1942. Sus estudios primarios los realizó en la escuela José Ángel Palacio, los secundarios en el colegio Bernardo Valdivieso. Obtiene el título de Abogado y Doctor en Derecho en la Universidad Nacional de Loja. Maestro de juventudes en el colegio Bernardo Valdivieso. Ha ejercido durante su vida la cátedra universitaria, el periodismo y la promoción cultural. Ha desempeñado los cargos de Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo de Loja.  La Presidencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Manuel Benjamín Carrión Mora”, la Vicepresidencia del Consejo Nacional de Cultura del Ecuador. Luego ejerce su profesión de abogado como Notario de nuestra ciudad.

Su personalidad es explícita en su serenidad, cordialidad y el apasionamiento por las causas nobles y justas del ser humano. Convencido de la ideología política socialista de la cual es un representante de estatura y profundidad invalorable, vence el tedio para hacerlo luz . Gran lector y sensible al encantamiento de los sentimientos del hombre. Perenniza el nombre de Simón Rodríguez como el adalid de la revolución que encarnaba Bolívar.  Y nos dice: La vocación de Simón Rodríguez se convirtió en una realidad, en la base ideológica del proyecto independentista de Bolívar. Su tesis revolucionaria sobre la transformación de la educación , que comienza con los enciclopedistas franceses, con todos esos pensadores grandiosos que existieron en ese tiempo, se transforma en la tónica ideológica de la revolución que encarnaba Bolívar , ¡una connotación ideológica extraordinaria!.

En sus reflexiones Stalin Alvear manifiesta haber nacido con origen social humilde, del cual se enorgullece profundamente, en un estrato donde no estaba presente el poder, ni la riqueza, ni las comodidades. Pero en cambio hay otras cosas más lindas -nos dice- que pesan mucho más, cuando uno hace finalmente un balance en la vida, como la dignidad, el reconocernos quienes somos frente a los demás, a los prójimos, a los vecinos, estas cosas someten nuestra personalidad, nuestras inquietudes y como el arte es una inquietud, llega la hora en que uno se expresa a través del arte. Esos orígenes sociales que tenemos nos permiten conocer y comprender  al pueblo que es el gestor de todo, claro, solo para la historia oficial, los héroes, los ex-presidentes son los héroes máximos, los que lo han hecho todo, pero es el pueblo que con su laboriosidad, con su inteligencia, con su sensibilidad va haciendo todos los días, crea una sociedad y crea también identidades y realidades. Le doy una tremenda importancia al pueblo, porque ahí nací...

Considera que las obras reproducen lo que es el autor, que la literatura expresa lo que el autor siente en términos ideológicos, filosóficos, humanos. Bajo estos conceptos sus obras literarias entre las que contamos El libro de cuentos; El menos pequeño de los burgueses. Las novelas: El viaje de Simón Bolívar a Loja,  El Reino de los Vencidos, Trashumantes en busca de otra vida, Libro de memorias: Antes que me olvide, Tu casa, nuestra casa; La risa de los plagiaros,  Tres narradores lojanos, A partir de su cuento “Otro Idilio Bobo” se produjo otro cortometraje, dentro del proyecto cinematográfico Lojanísimo “Cuentos de mi tierra”. Sus obras trasuntan su ideario socio político de compromiso con las mayorías sociales y nos otorgan viajes imaginarios hacia aquellos paisajes del olvido que reconstruye con técnicas literarias clandestinas, que no provocan sedentarismo ni apatía en sus lectores, sino que despiertan nuestros más profundos instintos de inclusión social.

Galo Mora Witt extrae la calidad humana del escritor cuando nos cuenta en el prólogo de El viaje de Simón Bolívar a Loja: “Una tarde de aguacero en Quito, a mi regreso temporal de Ginebra, encontré, bajo el dintel de la puerta, una carta adjunta a un pliego de páginas troqueladas a mano, con las huellas dactilares aún impresas en el blanco papel. Borroneada, con letra larga y tendida hacia la izquierda, como haciendo homenaje a aquel refrán de que las cosas se parecen a su dueño, la misiva se refería al libro que la acompañaba. Reconocí de inmediato al remitente, más por el valor y la humildad que por los trazos. El libro, el mismo que ahora intento prologar, llevaba por título El viaje de Simón Bolívar a Loja, y contaba con un subtítulo, que, a mi manera de ver, le daba el carácter literario a lo que bien podía pasar como argumento vial o ingenieril. Decía: Reconstrucción imaginaria. La firma a la que me refería anteriormente, rubricaba el corazón de un grande amigo: Stalin Alvear.

Refiriéndose a la obra, nos dice: “Quizá desde sus días lojanos, de su sentimiento de gratitud para con ese pueblo, Bolívar sabía que, un día cualquiera, con el correr de las lunas alguien vendría a escribir los pasajes y parajes de aquella peripecia. Gracias a la sumilla de recuperador de la memoria, que por ahora lleva el nombre de Stalin Alvear, el General aparecerá desmitificado, gracias al milagro de esa lengua que, ojerosa y clandestina, le pondría más sangre a nuestro idioma”.

Estuardo Vallejo manifiesta sobre “Tu casa, nuestra casa” “En 1996 Stalin Alvear asume la presidencia nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión. El hecho provoca el desconcierto y la furia de una élite intelectual conectada con el poder, que no concibe que un escritor provinciano, para colmo lojano, pueda ponerse al frente de la sacrosanta institución. Y persigue su administración con una saña desconocida hasta entonces que llega a poner en riesgo la propia existencia de la Casa. En respuesta, se ejecuta un proceso de democratización, de apertura a sectores de artistas e intelectuales que tenían vedada su participación y especialmente, se propicia la intervención real de los sectores populares, que llegan a sentir que la Casa de la Cultura es Tu Casa, nuestra casa.. /Una década después, distancia suficiente para evitar el exceso de apasionamiento, con su característico estilo ágil y directo, Stalin Alvear testimonia en este libro su paso por la presidencia de la Casa: encuentros emotivos, justos reconocimientos, eventos para el pueblo, apoyo a las luchas populares, desengaños ante incomprensiones absurdas desfilan por sus páginas. Pero, sobre todo, la convicción de un hombre íntegro, que supo llevar a la práctica, en ese espacio, el convencimiento que ha regido toda su vida: la construcción de una patria nueva, justa, auténticamente democrática.” 

Sobre Trashumantes en busca de otra vida Eduardo Vallejo, comenta la obra, “El libro es una novela con mirada esperanzadora y humana, llena de humor e ironía”: El escrito relata cómo Clara Aponte, emigrante ecuatoriana en España, sale bien librada de una situación penosa gracias a la decidida acción de un reconocido escritor que toma partido por los desprotegidos.
Durante un viaje a Zhizho, su pueblo natal habitado por ancianos y jovencitas que viven entre ellos inevitables romances, se produce un encuentro entre los cuatro personajes, devenidos en auténticos trashumantes en busca de otra vida….”

Carlos Ferrer, lingüista y crítico literario español manifiesta sobre esta obra: "Alvear, narrador con muchas flechas en su carcaj, escudriña el mundo de los emigrantes con un dinamismo de partitura musical, mostrando las zonas turbias y relucientes de los protagonistas, y se vale de un microscópico escarbar no para glorificar nada, sino para que nadie se avergüence de su vida sin maquillar. La suya es una escritura que se busca haciéndose y que se hace mientras se busca, porque es el testimonio de un ahondamiento en el territorio interior de unos personajes, atrapados en su realidad circundante. (...) La visión narrativa de Alvear, influenciada por escritores como Rosa Montero, Balzac y Bryce Echenique, le hace describir, no exento de aliento poético, una plantación de brócoli como "un mar que crecía por la noche, reventando retoños y olas de verdor al manecer". Hay más destellos interesantes, como el que dice que la indolencia es "residuo de un egoísmo, que prefiere lo propio sobre lo de los demás", o aquel que asegura que la memoria es "como el humo que se cuela en el hocico del cañón". Y es que el amor a las palabras resulta, en quien lo posee, una cualidad que aflora incluso en los momentos en que parece menos atento o prevenido..."

El trabajo de Stalin Alvear nos refiere sus guiños a quienes nos inquietamos con la cultura, para saberla menos ajena, más nuestra, más desempolvada de máscaras y artificios, sencillamente protagonista de un quehacer que ha perennizado el nombre de Loja. Su vida nos sugiere la trascendencia de un socialismo vívido y reafirmado en el ideal que supera el latido de nuestro corazón para ubicarse en la cúspide del pensamiento forjador de nuevas sociedades, y su serenidad nos inspira el caminar de Serrat, aquel que deja huella, aquel que hace camino al andar.....!

Fuente: Libros del escritor, comentarios pediodísticos.
            Mediodía, Revista Nor. 60-Mayo 2013 de la CCE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario