jueves, noviembre 26

Eduardo Mora Moreno







Nació en Loja el 26 de noviembre de 1906. Hijo del Dr. Emiliano Mora Bermeo y Luz María Moreno Valdivieso.


Estudió en la escuela José Antonio Eguiguren. Inició sus estudios secundarios en el Colegio San Gabriel de los Jesuitas, en Quito y luego en el Colegio Bernardo Valdivieso de Loja, En 1924 fundó la revista “Loxa”. Publicó sus primeros versos y los cuentos titulados “La Minga”, “El Rastrojo” y “Mal Hechizo”. Estudió Jurisprudencia en la Universidad Nacional de Loja. 


Fue uno de los pioneros de  la literatura realista social e indigenista de la literatura ecuatoriana. Fue el primer alcalde socialista que tuvo Loja y el país (1947-1949) y Gobernador de la Provincia, En 1930 fue nombrado Director de Estudios,  estableciendo el desayuno escolar en las escuelas fiscales urbanas y hasta cedió su casa en Masaca para que funcionara provicionalmente una escuela rural. Diputado funcional por la educación de la provincia de Loja, en 1932, por el grupo “obreros independientes”, Senador, Concejal y cumplió un destacado papel en la vida política de su país


En 1935 fue designado profesor de castellano y literatura en el colegio Bernardo Valdivieso. En 1936 volvió a ser electo Diputado y en 1938 Vocal de la Junta de Asistencia Pública.


INVITACIÓN CAMPEANA



Poeta, no demores en el sueño herrumbroso

de la ciudad burguesa,

ven a invertir, no en vano,

esas pocas monedas de tu vida

en el gran espectáculo de la Naturaleza:

ven a vivir al campo.



Aquí la vida acrece,

y la poca fortuna de la tuya,

comerciando con luz, con aire puro

y con sedas multícromas de cielo,

se volverá cuantiosa.



Ven, poeta, a vivir la vida-vida

de la clara campiña silenciosa,

lejos del ilotismo maloliente

de la ciudad poltrona y asquerosa...



Desempareda tu alma

de las cuatro paredes del vivir sedentario

y aviéntala a vagar por las distancias,

impeliendo el motor del pensamiento

con la hélice frontal de las ideas.



Deja la viciosa geometría de las pobres callejas,

y aquí tendrás por pista el horizonte

para el vuelo sin alas de Pegaso...



Si quieres embriagarte te inebriarás de abismo

e irás describiendo las curvas

de las sendas movibles de los ríos,

para caer a dormir en un remanso

desde el salto de luz de las cascadas...



Ven, úngete de sol, es el mejor ungüento

para las endebleces del cuerpo y del espíritu;

en las fraguas potentes del trabajo

templa el acierto intacto de tus músculos,

y así

podrás tronchar cien años en un roble

y pulsar, sin gemidos,

el arca heroica de las tempestades...



Ven, acaricia el vientre de la tierra,

que es el más fecundo y maternal,

y en el propicio relapso de los días

— potros uncidos que cabalga el tiempo —

para ti bordará su traje oscuro

con el oro ondulado de las mies.



Ven, poeta.


El claro diapasón de las montañas

musicalizará la nota no soñada

que ha de vibrar en tu canción futura.



Podrás robar la joya de un lucero

a las noches abiertas del Estío

o la diadema de una media luna

con que irás al altar de Himeneo.



Y en tu quena, Poeta de las Américas,

el viento libre de las altas cumbres,

impelido por soplos de infinito,

pondrá su nota más sentida y trémula.


Ven al campo, Poeta.



                   En la campiña, Loja, 1929.



En 1941 salió electo por unanimidad Presidente de la Municipalidad de Loja, en sus funciones proyectó el Plan de Urbanización de la ciudad. Los trabajos de urbanización del río Malacatos desde el puente de la calle Diez de Agosto hasta el puente provisional ubicado en la extremidad occidental de la calle Mercadillo. 

En 1960 salió electo Senador suplente por la Agricultura de la Sierra. En Quito fue nombrado Vocal de Tribunal Supremo Electoral, en 1963 fue nombrado profesor de Historia de la Cultura en el Instituto de Derecho Internacional.


En 1966 fue electo Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana por la sesión de Literatura y posteriormente fue nombrado Director Nacional. 


Con su compañero de estudios Ángel Felicísimo Rojas, en 1930 funda “La Revista Universitaria”. Su condición de poeta romántico y de visión social, está patentizado en su obra poética (coautor): “Poesía Generacional, Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1987. No ha escapado del quehacer poético del Eduardo Mora Moreno su vena de cantor épico, he allí el Himno del colegio Bernardo Valdivieso, entregado a su rector el Dr. Adolfo Valarezo en 1930.  Como relatista, es cultor de una prosa serena, mesurada que sabe decir lo que se debe decir. 


 HIMNO DEL COLEGIO
"BERNARDO VALDIVIESO"

Letra: Eduardo Mora Moreno
Música: Segundo Cueva Celi


CORO:

Juventud que en vigor avanza
en la gesta que forja el mañana,
triunfa en Loja y es clara esperanza
del futuro de América Hispana.

ESTROFAS:

Somos libre ilusión que atesora
de la vida el minuto abrileño,
nuestra frente ha nimbado la aurora,
somos fuerte legión triunfadora
que encamina su paso al ensueño.

Cual eterna promesa ilusoria
que a la luz del pensar se ilumina,
nos vislumbran visiones de gloria:
obtendremos al fin la vicoria
por la idea que triunfa y domina.

Desde el alto sitial del granito
que levanta la azul cordillera,
de la unión lanzaremos el grito
que hablará su lenguaje infinito
a los hombres de América Ibera.


Con su obra de cuentos “Humo en las Eras”, 1939;  analizó  la vida del campesino del Ecuador, uno de los primeros libros de cuentos sobre este tema. Cuya primera edición contó con el  prólogo de Carlos Manuel Espinosa y la portada de Galo Galecio.  En esta edición se publican cinco cuentos: Manuel Antonio, Humo en las eras, Lo han chucado, Sobre los surcos y Despojos. 


En 1973, la Casa de la Cultura reeditó Humo en las Eras con una ampliación de los cuentos: La última siembra y El entierro de Goyo Cajamarca, En el 2009 es reeditado por la UYPL, en la colección Lojanidad. 


LA NIEBLA DEL RECUERDO, es otra obra narrativa suya de aparecimiento póstumo, que refiere la vida en una pequeña ciudad andina.


Ángel Felicísimo Rojas, en su ensayo LA NOVELA ECUATORIANA, señala de Eduardo Mora Moreno y de otros escritores lojanos de esa época la atracción por:


…(…) un fuerte sentido del paisaje (…) su  insobornable humorismo melancólico, resultado acaso del temperamento de las genes de esta cuida aislada hasta hace poco, casi inaccesible. El contenido social de su producción es discreto más bien. No denota ni desentona. Su realismo sigue una línea ponderada y suele estar transido de amargura. Apenas se da el lujo de una esperanza. En cambio, sigue amando desesperadamente a su tierra, cuyos contornos dibuja con arte esmerado.

Clásicos Ariel, Nro. 29 , p. 214.

  El Dr. Eduardo Mora Moreno murió en Quito el 11 de septiembre de 1987.



Fuentes. Blog de Antonio Miranda.

                 Blog  diccionariobiograficoecuador de Rodolfo Pérez Pimentel.

                 “Humo en las eras” , UTPL, 2009/Colección Lojanidad.

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