jueves, agosto 6

Alfredo Mora Reyes

“Historiador, poeta, narrador y ensayista”

“Leer es la más alta
ocupación del hombre”
AMR




Eduardo Ledesma Muñoz, manifiesta que Alfredo Mora Reyes constituye un ejemplo de estos varones íntegros, sin reveses, sin mimetismos, de esos que siempre buscó el rostro amigo, del compañero, del hermano de sangre o en el afecto, en una viva eclosión de sentimientos -agua lustral y pura de su corazón, abierto siempre a los demás como un manojo de espigas crecidas a la luz-.

El Dr. Alfredo Mora, nace en Loja, cantón Sozoranga el 6 de agosto de 1904, inicia su formación fecunda, desde sus primeros años de estudio en el centenario colegio “Bernardo Valdivieso” de Loja, para continuarlos en la “Junta Universitaria” y luego en la “Universidad Central de Quito” en donde obtuvo el título de Abogado.

Aquí en nuestra capital, transcurrieron los días de su juventud, en un ambiente de selecta cultura, de esmerado cultivo del pensamiento, acompañado de su hermano el doctor José Miguel Mora Reyes y de intelectuales de renombre, como Manuel Agustín Aguirre, Pablo Palacio, Jorge Castillo Carrión, entre otros.
El Dr. Mora Reyes hombre intelectual, Catedrático universitario; alguien que desempeñó tantas funciones desde la escuela primaria a la universidad, Profesor-Director de la Escuela José Miguel Riofrío, docente del centenario Colegio Bernardo Valdivieso y posteriormente nombrado Catedrático de la Universidad Nacional de Loja, en la cual llegó a ocupar el Rectorado; también desempeñó varios cargos en la Universidad Católica de Quito. Ha desempeñado las funciones de Gobernador, de la Provincia, Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo de Loja, Alcalde de nuestra urbe por dos ocasiones. Presidente de la Corte Superior de Loja y Ministro Juez de la Corte Suprema. 

Matilde Mora su hija nos dice que el apego a todas las manifestaciones culturales les fue dado al compartir con sus hijos las lecturas, gran conversador sobre todos los temas de tradiciones, leyendas, poesía, historia ecuatoriana, latinoamericana y del mundo. Aprendimos a compartir –dice- sus memorias y con ellas el respeto y lealtad al Gral. Eloy Alfaro; Nos fueron familiares la militancia en la Vanguardia, y luego en el Partido Socialista; el conocimiento de sus obras vino también, conjuntamente con un nombre maravilloso; reivindicador del mestizaje latinoamericano Benito Juárez.

Angel Felicísimo Rojas; dice de Alfredo Mora Reyes: Desde el año 1930 respecto a los hermanos Mora Reyes tengo una amistad entrañable, que además comprende una gratitud profunda, porque ellos que eran un poco mayores que yo, y que pertenecían a una generación muy brillante, anterior a la mía, fueron conmigo muy generosos, me facilitaron el acceso a su biblioteca, que era por aquel entonces una biblioteca que reunía los libros más importantes que acababan de publicarse en España, de manera que eran ellos, personas que estaban al día, en cuanto a novedades editoriales, y yo que era muchacho todavía y sin los recursos necesarios para ponerme a comprar libros, tenía en la biblioteca de los hermanos Mora Reyes, un sitio cordial y la acogida generosa que ellos me dispensaron siempre, esta mención del Dr. Rojas, nos imprime la coherencia del pensamiento del Dr. Mora Reyes cuando dice “Leer es la más alta ocupación del hombre”
Su vida se halla dividida en tres etapas; la primera; sus estudios primarios y secundarios en Loja; la segunda sus estudios universitarios en Quito y la tercera su retorno a Loja.

En estas delimitaciones, se reconocen profundas huellas en sus estudios y en el fruto de los mismos, expresadas en sus producciones poéticas, en sus variados artículos y ensayos sobre diversos temas y en los cargos públicos, siendo importante destacar que su “pulcritud, el liderazgo político, la honestidad en el manejo de los fondos públicos y la profunda vocación de servicio a la población en general y en lo particular, a los que más necesitaban de su apoyo” fueron factores determinantes para su reelección en la Alcaldía. Se preocupó de la atención a cada sector del cantón y no hubo parroquia alguna que no haya sido atendida, se preocupó por el adelanto urbanístico; obras sanitarias, construcción de caminos, mercados, ampliación de la extensión urbanística de la ciudad y en fin en muchas obras que determinaron el adelanto de la urbe.

Se recuerdan algunas anécdotas sobre la construcción de la torre del reloj, el que consta actualmente en el parque de San Sebastián, el mismo que había permanecido por 20 años guardado en las bodegas y no hubo una autoridad que se preocupara hasta que el Dr. Mora Reyes tomó cartas en el asunto, constituyéndose hoy una de las reliquias urbanísticas e históricas más representativas de nuestra ciudad. El Dr. Rubén Ortega J. a manera de anécdota cuenta que mientras se construía la torre, uno de los trabajadores le dijo: -Doctor- desde aquí ya se ve Sozoranga (el cantón donde nació) y el respondió – entonces, hasta ahí llegamos - . Es que la obra del Doctor Mora Reyes transgrede los límites de su ciudad natal, su pensamiento contribuye al nuevo planteamiento ideológico latinoamericano, a la transformación universal del hombre a través de la educación, a la institución de la libertad mediante la equidad, el conocimiento y la cultura de los pueblos.

Cuando fue nombrado Presidente de la Casa de la Cultura, Núcleo Provincial de Loja asumió este cargo con la convicción de que esta alta designación entrañaba una profunda responsabilidad que ha considerado conveniente afrontar por considerarse un antiguo soldado de esta causa.

En 1921, se publica en “Alba Nueva” poemas como “Primaverales” en el que canta a la vida, a la naturaleza, a la ilusión juvenil, dando luz y esplendor a la campiña. Se inspira en un ambiente juvenil, mágico y gozoso. …“Es la rosada hora de malva primavera/ Y el sol ya va dorando la selva levantina/ del corazón se aleja la bendita quimera/ Y la ilusión se expande cual agua diamantina/…

Su poesía también expresa la reflexión más íntima acerca de la vida y la ausencia como en “Crepúsculo”, dedicada a Manuel Agustín Aguirre; y que hoy la conocemos musicalizada por su hijo Miguel “Qué inmensa es la tristeza cuando agoniza el día/ y avanza la hosca noche en su carro de aromas;/ cuando entonan las aves sus trinos de alegría/ viendo la luz que muere tras las vecinas lomas/”…

En su propuesta de “La Escuela Nueva en el Ecuador” (1945), realiza un estudio de las Reformas educacionales del Liberalismo, y la problemática educacional en la Instrucción pública. La necesaria incursión de los maestros en la estructuración de la reforma, la atención urgente de la escuela urbana y rural, la implantación del laicismo en la escuela y fomenta un tipo de escuela social unificadora, a base de trabajo colectivo y asistencia estatal. Los problemas señalados por el Dr. Alfredo Mora Reyes en 1945, siguen gravitando sobre la educación fiscal ecuatoriana.

Entre otras de sus obras se cuentan: “Pío Jaramillo Alvarado y la defensa de la Patria” “Los Generales no corren” “Carrión Pinzado y Tres maestros lojanos” publicada en 1959. Respecto a Don Manuel Carrión Pinzado, exalta la trascendencia que dentro de la política, la economía, la historia, etc. Tuvo para Loja el Gobierno Federal, establecido en nuestra provincia por aquel preclaro hombre. Los tres maestros que él trata en su libro son: los doctores Agustín Cueva, Adolfo Valarezo y Pío Jaramillo Alvarado.

El Dr. Alfredo Mora Reyes, se despide como el hombre libre que evocó al pensamiento la solidez de su humanismo, la elocuencia, la calidez y la dignificación del ser a través de su obra, proclamando su sentencia personal “Adonde vieres haz lo que fueres”.

LES OFRECEMOS UNA SEGUNDA BIOGRAFÍA DEL DR. ALFREDO MORA REYES, CON DATOS MÁS ÍNTIMOS Y FAMILIARES. 

LA NIÑEZ:

Nace en Sozoranga, parroquia del cantón Macará, en un 6 de agosto de 1904. De una familia en donde él y sus hermanos, José Miguel y Efigenia encontraron siempre el apoyo fraterno y cari;oso de sus padres, Miguel Amador Mora y celina Reyes, quienes comprendieron que sus hijos eran seres especiales y como tales debían rendir sus esfuerzos y esperanzas.

Del anecdotario de quienes los conocieron se sabe que eran profundamente inquietos e inteligentes y que viviendo en la haciendo Numbiaranga, -que era muy grande y que quedaba dentro del cantón Sozoranga- recibieron la educación primaria mediante el contrato de dos preceptores: un español del que no se ha podido recabar el nombre y un señor de apellido Mena, que se supone cercana a la familia del Licenciado Mario Mena, familiar y amigo.

\Imaginamos a los Mora Reyes en su hermosa niñez, rodeados de la naturaleza, en una hacienda donde nada faltaba, caballlos en especial, hecho que los convirtió en muy buenos jinetes. 

Su madre adem[as los conmovía con hermosas historias y desde niños supieron que su padre combatió en La Florida de Sabiango, en donde obtuvo el título de teniente. (A su muerte recibió honores militares)

El abuelo Miguel y la abuela Celina fueron un matrimonio próspero, a mas de la hacienda Numbiaranga arrendaba otraas. La abuela Celina contaba que trabajó intensamente catorce años, supervisando la elaboración de dulce que inclusive compraban comerciantes que iban desde el Perú. Era una lectora empedernida y tuvo mucho que ver con la decisión de enviar a sus hijos a estudiar a Loja. El abuelo por parte fue el primer concejal de Macará, cuando Alfaro, al triunfar la Revolución Liberal, lo convirtió en Cantón. El Presidente del Concejo fue Don Manuel Enrique Rengel, padre del Dr. Jorge Hugo Rengel, compañero socialista de Alfredo en el futuro.

El abuelo Miguel fue gallero y Alfredo no gustó de esa actividad, disfrutó en cambio del arte del toreo, enriqueciéndolo con su gusto por las lecturas de Heminguez, sobre Dominguín y Antonio Ordóñez.
Sus amigos de infancia fueron los niños Agustín Mosquera, Manuel samaniego, su primo Luis Loaiza y Lauro Mora, con quienes jugaba y compartía momentos muy agradables.

LA JUVENTUD:

Finalmente, fueron a Loja a rendir exámenes para ingresar al Colegio Bernardo Valdivieso, lo lograron con gran éxito y se conoce que el Dr. Benjamín Carrión se anotició de que estos hermanos inteligentes, llegados de lejos, habían ingresado a este prestigioso colegio y pidió conocerlos. Allí se iniciaría una amistad que duraría la vida entera, a tal punto que a la muerte de su hermano, el Dr. José Miguel Carrión, -padre de Alejandro Carrión- le solicitó a Alfredo Mora que lo representara en el sepelio por encontrarse lejos.

En el Bernardo empieza un acercamiento amistoso y políticoi con sus amigos de toda la vida: Manuel Agustín Aguirre, Pablo Palacio, Agustín Paladines, José María Bermeo entre otros. Conoce luego a un grupo mas joven e igual de gran talento, entre los que destacan: Angel F. Rojas, Vicente y Servio Vélez, Miguel Angel Aguirre, Serafín A. Jaramillo y en especial a Eduardo Mora Moreno, de quién no solo fue amigo sino una especie de consejero. Mas tardee conoce a Eduardo Guzmán Asanza y Angel Rafael Morales, cuya muerte prematura golpeó en una forma por dem[as dolorosa a nuestro personaje principal.

Capítulo especial en la vida de Alfredo constituye la presencia de su hermano José Miguel, inseparable hasta su muerte, mellizos en el amor al arte, la belleza, la liteeratura y en especial la poesía.

Con sus amigos Pablo Palacio, Agustín Paladines y Manuel Agustín Aguirre fundaron la revista "Alba Nueva", que marcó una época en la literatura lojana y nacional. Por el cuento "El Retorno"ganó el Jazmín de Plata, como lo relata Angel F. Rojas en sus crónicas.

Un episodio que marcaría la vida de Alfredo Mora Reyes es el hecho de haber sido profesor y Rector de la Escuela Miguel Riofrío. De esa instancia hay innumerables recuerdos de sus alumnos y compañeros del Magisterio, quienes dan fe del amor por la niñéz y la docencia.

LA VIDA UNIVERSITARIA:

Al iniciar los estudios universitarios -los dos hermanos Alfredo y José Miguel- sus padres trasladaron su residencia a Loja para acompañarlos. Primero a una quinta al lado del río Malacatos y luego a una casa en la calle Sucre y Mercadillo.

En esta ciudad permanecen dos años y posteriormente se trasladan a la capital para continuar sus estudios en Quito, en la Universidad Central del Ecuador, en la que se graduarían de Doctores en Jurisprudencia.

En este centro de estudios conoce a uno de sus maestros mas queridos y admirados, el Doctor Agustín Cueva Sáez, prestigioso maestro de Derecho, quién a su graduación le propone que permanezca en Quito para formar parte de su oficina de abogados, distinción que agradeció y no aceptó por su voluntad de servir a su ciudad y provincia y devolverles a sus padres el sacrificio de su educación.

En Loja, el 29 de noviembre de 1925 se crea el "Centro Socialistas la Vanguardia, en la cas de Manuel Agustín Aguirre, que funcionaría en esta ciudad de acuerdo con el Directorio de la ciudad de Quito, con el objeto de trabajar para la fundación del partido socialista del Ecuador.

Antes de su definitivo retorno a Loja, fue profesor del Colegio 9 de octubre de Machala. A esa ciudad llegaba de visita Pablo Palacio, su entrañable amigo, con quién disfrutaba coloquialmente sobre literatura, amistad y política.

LA POLÍTICA, LA CÁTEDRA Y LA CULTURA.

Desde que el abuelo -con su visión de futuro- les ragaló "La Historia del Socialismo"de Juan Jaures, hasta su lectura permanente de Mariátegui y José Peralta, nunca se apartó del ideal socialista y de la lucha por una patria mas justa. 

Patriota y revolucionario, cristiano y laico, incansable en la lucha por los desposeidos, ejerció una autoridad moral entre las masas pobres de su ciudad y provincia. Sus campañas por la Alcaldía de Loja son episodios titánicos y épicos para quién -desde su brillantez y pobreza- sabía que el turuo pertenecía al socialismo.

En la contienda electoral de 1955, a la V Alcaldía de Loja, las fuerzas de la derecha quisieroninhabilitarlo como candidato socialista cudándolo de no haber nacido en el Ecuador. Fueron sus amigos de infancia Agustín Mosquera y Manuel Samaniego quienes solidariamente llegaron hasta Loja con la partida que confirmaba su nacimiento en Sozoranga. Su8 encuentro con los pobres enriqueció su historia. 

La compra en 1948 de su casa de las calles Sucre 395 y Mercadillo ocasiona su encuentro para siempre con el barrio "San Sebastián". Devoción de barrio que no terminó ni con su muerte, años después al celebrar los cien años de su nacimiento los herederos de esa amistad llenaron las calles de Loja para acompañar a su familia a un acto que con ese motivo se realizara en el salón de la ciudad. 

Al ganar la elección de alcalde se produjo un hecho anecdótico: que el barrio donde vivía se traslade 36 Km. Hasta el sitio El Boquerón en catamayo a celebrar que por primera vez un candidato socialista ocupa la Alcaldía de su ciudad.

Otro hecho increíble en el Ecuador de hoy, es que el Presidente del Tribunal Provincial Electoral de Loja era el hermano de Alfredo, Doctor José Miguel Mora Reyes, quién, sensible ante el suceso renunció a la dignidad mencionada. El candidato opositor le pidió que siga en esas funciones por que "El doctor José Miguel Mora Reyes garantiza la pureza del proceso siendo Presidente de este Tribunal".

Perdió la siguiente elección, mas por pobreza que por falta de entrega en campaña y ganó la siguiente con facilidad. La ciudad fue testigo de un resurgimiento en la cultura, en las obras de saneamiento ambiental, en la dotación de teléfonos, en el equipamiento a las escuelas municipales del cantón y sobre todo en el manejo con total pulcritud de los fondos municipales.

Carlos Paladines Zuquilanda le contó al Alcalde Mora Reyes que en las bodegas del Municipio estaba guardado por mas de veinte años un hermoso reloj. El Alcalde cincibió una alta torre, para su barrio de San Sebastián, en donde el reloj marque las horas de su ciudad y según bromas de sus amigos poder ver su "Sozoranga querida desde la parte mas alta", esto desde el cariño y broma de los doctores José María Sánchez Luzuriaga y del Doctor Juanito Cueva Serrano, dos de sus grandes amigos. 

La torre se ha convertido en un ícono de la ciudad, en su emblema y su insignia.

Cargos Desempeñados:

Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja, en tres ocasiones
Ministro Juez de la Corte Superior de Justicia de Loja
Presidente del Consejo Provincial de Loja
Concejal de la ciudad
Alcalde en dos ocasiones
36 años profesor de Código de Procedimiento Civil en la Universidad de Loja
Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia
Profesor de la Universidad Católica de Quito
Patriota siempre, poeta.
Autor de los siguientes libros:
Carrión Pinzano y Tres Maestros Lojanos
Estudios y Ensayos, introducción a la obra del Dr. Agustín Cueva Sáenz
El General Antonio José de Sucre, Libertador de Quito y Mariscal de Ayacucho.
Estudio: La Escuela nueva en el Ecuador.
Estudio: Pío Jaramillo Alvarado y la defensa Territorial de la Patria
Los Generales no corren: Impresión de lectura. 

La Familia:
 
Su esposa, Bertha Witt Muñoz quien decía de Alfredo Mora Reyes: él, que ha sido mi compañero, mi amigo, mi esposo y mi padre también y de quién he estado y estaré pendiente desde el día en que lo conocí hasta que me llegue la muerte, y así fue. 

Se casaron en Loja en 1935, formando uno de los hogares mas felices de los que se tenga noticia. Compañera en la vida y la política, en el amor de pareja y en el que se da a los hijos, incansable luchadora por la justicia y por las mujeres relegadas de su tierra, ser inmensamente solidario, que llenó de ternura los lugares por los que le tocó transitar. Tenía la percepción política y cultural a tal punto, que él le leía sus discursos y aceptaba al pie de la letra y sin discusión todas las correciones y aportes que le daba. 

Orgulloso sus hijos Melania, Olga, Matilde, Alfredo, Lupe, Martha, Miguel y Galo mora Witt.., Amante padre, sacrificado hasta cualquier extremo imaginable, decía que en general la lgente dice ädonde fueres has lo que vieres", pero lo correcto es ädonde vieres haz lo que fueres"y así no hay forma de equivocación.

Admirador de la belleza en todos sus aspectos: adelantado en la literatura y el arte. Profundo admirador de la música en general y latinoamericana en especial, que le llegó desde sus dos hijos menores Miguel y Galo. Nunca dejó de sufrir por el dolor de la pérdida de la República española. Tenía tanta rabia de que Ël nóbel no se lo dieran a Tolstoy pero si a Echegaray".

Admirador de la revolución francesa, especialmente de Dantón, de la rusa con Lenin y Trosky y de la cubana, con la emoción de que el Comandante Fidel Castro le repitió la frase de Vargas Vila, que recordando a Alfaro dijo: "tenía la mirada triste como Martí, como Sucre, quienes parecería que miraban un gólgota lejano" y le parecía que esa mirada triste era comparable a la del Che Guevara. 

Fuente: Familia Mora Witt.

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